jueves, 13 de diciembre de 2012

El reggaetón: una expresión de la cultura sexista



           En los últimos años, el reggaetón ha sido uno de los estilos musicales más populares en Latinoamérica y en el mundo occidental, y pese a sus diversas evoluciones, su contenido se mantiene vigente. En nuestro país, pasó de ser escuchado dentro de la cultura del carrete, hasta ser escuchado en las calles, en los hogares y en el transporte público. Es de esta forma como el reggaetón ha traspasado todas las clases sociales y contextos, transformándose en uno de los sonidos clásicos de los carretes. Sin embargo, a pesar del explícito contenido sexista en sus letras, la gente no suele reparar en ellas. Esto provoca que el reggaetón siga siendo escuchado de forma masiva, a través de un ritmo pegajoso.

              Es de esta forma como el contenido implícito en las letras llega a oídos de personas que perpetúan las figuras bajo las cuales se concibe a la mujer como objeto y sometida ante el deseo del hombre, mientras que el hombre es visto como un sujeto que ejerce dominación sobre la mujer. A su vez, el alto contenido sexual de la letra implica una sola forma de relacionarse entre hombre y mujer, tipificando la forma de socialización, y por tanto, reduciéndola a un simple juego de dominación. Es por esto que el reggaetón simplifica las identidades personales, siendo éstas sometidas ante la identidad colectiva que predomina en la sociedad. De esta forma, se genera una falta de reconocimiento de las diferencias y la complejidad que compone la identidad de cada género, favoreciendo el conformismo y la dominación, e imposibilitando la participación en la vida cotidiana como una igualdad entre géneros.

                A continuación se presentarán extractos de la canción “Dale Don Dale” de Don Omar, en donde podemos ejemplificar elementos de lo anteriormente expuesto.

Mírala como maquina
Pa' pillarla en una esquina
Como ron, que fina
Tremenda asesina
Se peina y se guilla
Se viste y se maquilla
Traquila, chiquilla
O te siento en mi silla
Hoy tú vas a ser mía
El Don te desafía
Segura en mi via
Cuidao si te tira
Y si tu novio se activa
Yo activo la guerrilla
Y si el Boster te lo pilla
No le va a dar ni cosquilla”

                Observamos que, por un lado, la figura de mujer que imparte el reggaetón es una mujer que se desvive por la presencia del hombre, realizando rituales con el único fin de atraerlos (“Se peina y se guilla, se viste y se maquilla”). Además, el hecho de que esté disponible “Pa’ pillarla en una esquina”, asimila a la mujer como un mero objeto sexual del cual se puede servir en cualquier momento. Asimismo, en este mismo verso es posible identificar a la mujer como prostituta, hecho que reduce a la mujer a sus atributos corporales (“Tremenda asesina”) para la satisfacción del hombre, lo que representa la expresión máxima de la hegemonía machista que conlleva la dominación y subordinación de la mujer.

                En las siguientes líneas de la estrofa (“Tranquila, chiquilla, o te siento en mi silla. Hoy tú vas a ser mía”) se observa el juego de dominación y castigo que existe entre el hombre y la mujer. Por una parte, si la mujer no accede a la seducción, de todas maneras se consumará el acto sexual, lo cual, además de representar la imposibilidad de decidir por sí misma, legitima la violencia como única forma de socialización entre estos dos géneros.

                Por otra parte, la figura del hombre se reduce a su sola sexualidad masculina, en donde prima la seducción como una hazaña deportiva, con el fin de poner a prueba sus capacidades de macho. Por lo tanto, la masculinidad es reducida a la figura del macho, es decir, lo más primitivo dentro de las conductas de supremacía dentro del género. Si nos fijamos en los versos “Y si tu novio se activa, yo activo la guerrilla” se evidencia la competencia por el macho más fuerte, que sea capaz de cortejar, seducir y poseer a la hembra. Esta relación tipifica al hombre como integrante de una manada, en la cual se ejerce una jerarquía en la que predomina quien realice mejor el ritual de alarde de sus atributos viriles.

“Me dicen, mami, que esta noche tu estas algarete
(Dale, papi, que toy suelta como gabete!)
Te andan cazando el Boster y los mozalbetes
(Que se tiren, que toy suelta como gabete!)
Hay una fila de charlatanes pa' darte fuete
(Que se alisten, que toy suelta como gabete!)
Entonces tirate bien suelta, como gabete
(Dale, Omar, que toy suelta como gabete!)”

“Yo soy su gato
Ella es mi gata en celo
Quiere buscar rebuleo del bueno
Quiere fingir que no le gusta el blin-blineo
Y cuando canto hasta abajo con mi perreo
Por ahí anda su novio en un fantasmeo
Me esta, que esta noche va haber un tiroteo
Dile que yo ando con mis gatos en el patrulleo
(Y al que se lamba, jura'o me lo llevo!)”

               Estos dos párrafos evidencian, una vez más, las formas de ser hombre y de ser mujer que han sido descritas anteriormente. Es entonces necesario preguntarse, ¿qué hace que el reggaetón sea tan popular? ¿qué ocurre para que el contenido de estas temáticas sean invisivilizadas en la vida cotidiana? Invitamos a los lectores a que se hagan partícipes de esta discusión. Para quienes no conocen esta canción, he aquí el enlace de la canción, para que la escuchen.



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