En los últimos años, el reggaetón
ha sido uno de los estilos musicales más populares en Latinoamérica y en el
mundo occidental, y pese a sus diversas evoluciones, su contenido se mantiene
vigente. En nuestro país, pasó de ser escuchado dentro de la cultura del
carrete, hasta ser escuchado en las calles, en los hogares y en el transporte
público. Es de esta forma como el reggaetón ha traspasado todas las clases
sociales y contextos, transformándose en uno de los sonidos clásicos de los
carretes. Sin embargo, a pesar del explícito contenido sexista en sus letras,
la gente no suele reparar en ellas. Esto provoca que el reggaetón siga siendo
escuchado de forma masiva, a través de un ritmo pegajoso.
Es
de esta forma como el contenido implícito en las letras llega a oídos de
personas que perpetúan las figuras bajo las cuales se concibe a la mujer como
objeto y sometida ante el deseo del hombre, mientras que el hombre es visto
como un sujeto que ejerce dominación sobre la mujer. A su vez, el alto
contenido sexual de la letra implica una sola forma de relacionarse entre
hombre y mujer, tipificando la forma de socialización, y por tanto,
reduciéndola a un simple juego de dominación. Es por esto que el reggaetón
simplifica las identidades personales, siendo éstas sometidas ante la identidad
colectiva que predomina en la sociedad. De esta forma, se genera una falta de
reconocimiento de las diferencias y la complejidad que compone la identidad de
cada género, favoreciendo el conformismo y la dominación, e imposibilitando la
participación en la vida cotidiana como una igualdad entre géneros.
A
continuación se presentarán extractos de la canción “Dale Don Dale” de Don
Omar, en donde podemos ejemplificar elementos de lo anteriormente expuesto.
“Mírala
como maquina
Pa' pillarla en una esquina
Como
ron, que fina
Tremenda asesina
Se peina y se guilla
Se viste y se maquilla
Traquila, chiquilla
O te siento en mi silla
Hoy tú vas a ser mía
El
Don te desafía
Segura
en mi via
Cuidao
si te tira
Y si tu novio se activa
Yo activo la guerrilla
Y
si el Boster te lo pilla
No
le va a dar ni cosquilla”
Observamos
que, por un lado, la figura de mujer que imparte el reggaetón es una mujer que
se desvive por la presencia del hombre, realizando rituales con el único fin de
atraerlos (“Se peina y se guilla, se viste y se maquilla”). Además, el hecho de
que esté disponible “Pa’ pillarla en una esquina”, asimila a la mujer como un
mero objeto sexual del cual se puede servir en cualquier momento. Asimismo, en
este mismo verso es posible identificar a la mujer como prostituta, hecho que
reduce a la mujer a sus atributos corporales (“Tremenda asesina”) para la satisfacción
del hombre, lo que representa la expresión máxima de la hegemonía machista que
conlleva la dominación y subordinación de la mujer.
En
las siguientes líneas de la estrofa (“Tranquila, chiquilla, o te siento en mi
silla. Hoy tú vas a ser mía”) se observa el juego de dominación y castigo que
existe entre el hombre y la mujer. Por una parte, si la mujer no accede a la
seducción, de todas maneras se consumará el acto sexual, lo cual, además de
representar la imposibilidad de decidir por sí misma, legitima la violencia
como única forma de socialización entre estos dos géneros.
Por
otra parte, la figura del hombre se reduce a su sola sexualidad masculina, en
donde prima la seducción como una hazaña deportiva, con el fin de poner a
prueba sus capacidades de macho. Por lo tanto, la masculinidad es reducida a la
figura del macho, es decir, lo más primitivo dentro de las conductas de
supremacía dentro del género. Si nos fijamos en los versos “Y si tu novio se
activa, yo activo la guerrilla” se evidencia la competencia por el macho más
fuerte, que sea capaz de cortejar, seducir y poseer a la hembra. Esta relación
tipifica al hombre como integrante de una manada, en la cual se ejerce una
jerarquía en la que predomina quien realice mejor el ritual de alarde de sus
atributos viriles.
“Me dicen, mami, que
esta noche tu estas algarete
(Dale, papi, que toy
suelta como gabete!)
Te andan cazando el
Boster y los mozalbetes
(Que se tiren, que toy
suelta como gabete!)
Hay una fila de
charlatanes pa' darte fuete
(Que se alisten, que
toy suelta como gabete!)
Entonces tirate bien
suelta, como gabete
(Dale, Omar, que toy
suelta como gabete!)”
“Yo soy su gato
Ella es mi gata en
celo
Quiere buscar rebuleo
del bueno
Quiere fingir que no
le gusta el blin-blineo
Y cuando canto hasta
abajo con mi perreo
Por ahí anda su novio
en un fantasmeo
Me esta, que esta
noche va haber un tiroteo
Dile que yo ando con
mis gatos en el patrulleo
(Y al que se lamba,
jura'o me lo llevo!)”
Estos dos
párrafos evidencian, una vez más, las formas de ser hombre y de ser mujer que
han sido descritas anteriormente. Es entonces necesario preguntarse, ¿qué hace
que el reggaetón sea tan popular? ¿qué ocurre para que el contenido de estas
temáticas sean invisivilizadas en la vida cotidiana? Invitamos a los lectores a que se hagan partícipes de esta discusión. Para quienes no conocen esta canción, he aquí el enlace de la canción, para que la escuchen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario